Mentir a medias es mentir al cuadrado.
Este dulce veneno que crea contextos perfectos
se pierde en la emocion y exitación
de quien en materia no existe.
Es una rica esmeralda purpura que sabe a amargura
a bosteso de atardecer o a final de un estornudo.
La mentira llamada lagrima que sube al piso y que cae al techo
termina con una triste alegria y una sonrisa modesta.